El propósito principal de la primera epístola del apóstol Pedro es dar ánimo y esperanza para cristianos cuando se encuentren en medio de las pruebas.  Enfoca la bendición de la gran salvación que Dios provee y el desafío de ser llamados a practicar la santidad.  Luego revela instrucciones específicas: (1) para practicar la santidad en un mundo incrédulo e injusto y (2) para vencer al sufrir injustamente por causa de la justicia. Concluye por enfocar la importancia de la humildad, tanto en sus relaciones fraternales como también en su lucha espiritual en contra del diablo.